La semana pasada tuve el placer de participar (gracias a la amable invitación de Azucena Santillán) en la mesa redonda ‘m-health y humanización’ del X Congreso Nacional de Informática en Enfermería #InforEnf (aquí tienes un buen resumen). La mesa estuvo moderada por Joan de Pedro y contó con la presencia de @neladomingo y @perezromera, que hablaron de la utilización de apps sanitarias y de la iniciativa Mírame, diferénciate, respectivamente.
En ella intentamos conjugar varios términos que clásicamente no se han llevado muy bien, como son ‘tecnologías’ y ‘humanismo en salud’. Resumo a continuación las ideas principales que traté de aportar a la mesa y por qué considero que las ‘tecnologías de acercamiento’ son en sí mismas factores humanizantes en salud.
La tecnología hará avanzar a la salud siempre se aplique en un contexto adecuado y centrado en la persona.
Parece que cuando hablamos de tecnología y humanismo en salud lo hacemos en el sentido de una barrera que se ha levantado entre profesionales de la salud y pacientes, que ha derivado en una asistencia alejada de ese enfoque de atención centrada en el paciente y en definitiva, menos humana.
¿Es la tecnología la única responsable de la deshumanización de la salud?¿Puede contribuir a su restitución?¿Puede constituirse en un factor humanizante en sí misma?
Humanismo y salud
Todos los términos relacionados con el humanismo comparten una característica común: la preocupación por el hombre y la dignidad del ser humano, en términos de respeto por los valores propios de la humanidad, lo que deriva en una actitud humanista.
Así cuando hablamos de humanismo en salud, hacemos referencia a esa actitud humanista de tratar a las personas con dignidad y respeto, a modelos de relación y de asistencia centrados en la persona y al tratamiento del ser humano en su conjunto, de una forma integral.
A partir de la segunda mitad del sigo XX se empieza a hablar de la deshumanización en la asistencia sanitaria, atribuida en gran parte al imparable avance de la tecnología en el ámbito de la salud y a la hiper especialización de los profesionales. Por otro lado, el modelo biomédico tan extendido en nuestra sociedad, está orientado hacia el tratamiento de enfermedades y no de personas, poniendo demasiado el acento en el uso de la tecnología.
Pero no echemos toda la culpa de esta pérdida del humanismo en salud a la tecnología, porque ésta no es la única responsable. Decía el otro día Rafa Cofiño en un excelente artículo que cuando freímos un huevo y nos queda mal, solemos echarle la culpa al mango de la sartén (la herramienta), cuando en realidad es problema del sobremango, es decir, la persona que usa la herramienta.
Existen otros factores de tipo social, institucional y formativos que han contribuido a esta deshumanización. Y es que en muchos casos son los propios pacientes los que depositan un alto nivel de expectativas a las técnicas, poniéndolas por delante de los profesionales. Sin olvidar tampoco la falta de atención individualizada y que la formación de los profesionales está centrada en muchos casos en el desarrollo de técnicas.
¿Puede la tecnología estar al servicio del humanismo en salud?
La tecnología (como el uso de cualquier otra herramienta) no tiene porqué ser negativa en sí misma, sino que dependerá del contexto y utilización que hagamos de ella. Así podemos crear contextos de relación humanizada en entornos altamente tecnificados, como es el caso del TAC infantil del hospital Morgan Stanley de Nueva York.
Los profesionales sanitarios hemos estado tradicionalmente más vinculados al humanismo que otras disciplinas, por nuestra formación y porque trabajamos de una forma muy directa con las personas. Por lo que si somos capaces de construir esos contextos humanizados, nos convertiremos en esos nexos de unión entre salud y tecnología.
¿Es posible que la tecnología constituya en sí misma un factor humanizante en salud?
El cambio de paradigma social que estamos viviendo en estos momentos, hacia una sociedad de la información y el conocimiento, no solo ha supuesto una mejora en la forma en que nos informamos y comunicamos, sino una profunda transformación que impacta a todos los niveles, cambiando la forma en que nos relacionamos, participamos y en cómo nos acercamos a fuentes de información en salud, pacientes y profesionales.
El historiador Milad Doueihi propone el término ‘humanismo digital’, como resultado de la convergencia entre nuestra cultura y la tecnología, que añade una sociabilidad sin precedentes y redefine las categorías socioculturales que imperaban hasta el momento.
La salud también se está impregnando de estos cambios y surgen numerosos conceptos alrededor del término e-Salud, aunque nos centraremos en el uso de aquellas tecnologías centradas en las personas, capaces de generar contextos humanizados y que inciden en la sociabilidad como factor determinante para establecer vínculos entre pacientes y profesionales, y que están más relacionadas por tanto con la definición de humanismo digital.
Para ese tipo de tecnologías, hemos propuesto el término de ‘tecnologías de acercamiento’, porque nos conducen a una mejora de su salud, a tres niveles:
- Nos acercan a otras personas con problemas de salud similares los nuestros, de las que podemos aprender y en las que podemos apoyarnos.
- Nos acercan a fuentes de información, profesionales e instituciones de salud.
- Nos acercan a modelos de relación horizontales en los que paciente está en el centro del sistema.
Internet se ha convertido en una de las fuentes de información en salud a la que acuden los pacientes en busca de respuestas. Las comunidades de pacientes y los foros de soporte son sitios en los que no solo se busca información de salud, sino también soporte emocional y apoyo de otros pacientes.
Y los pacientes incluidos en programas de salud mediados por tecnologías como es el caso de Forumclinic (el paradigma de estas tecnologías), no solo se implican mucho más en todo aquello que concierne a su salud, sino que sienten allí que son tratados con respeto y dignidad y en situación de igualdad.
Además los pacientes trasladan a los espacios digitales los factores de confiabilidad que otorgan a los profesionales en entornos presenciales, por lo que esta confianza se ve reforzada si se potencia la comunicación a través del uso de estas tecnologías.
Y gracias a las posibilidades que otorga la m-salud, en cuanto a la movilidad y el acceso a través de dispositivos móviles, las personas pueden acceder a estos servicios de una forma ubicua, en cualquier momento y lugar.
Si antes decíamos que las tecnologías tenían la capacidad de debilitar la relación entre pacientes y profesionales, podemos decir también que estos nuevos entornos de participación pueden mejorarla e incluso hacerla perdurar más allá del momento en que una persona sufre una enfermedad.
Las tecnologías de acercamiento suponen en definitiva la creación de contextos humanizados que están redefiniendo la forma en que nos acercamos a la salud, nos implicamos como persona y nos relacionamos con otros pacientes y profesionales.
Los profesionales sanitarios tenemos en nuestra mano la capacidad de tender esos puentes tan necesarios entre humanismo y tecnología y debemos poner a disposición de pacientes y profesionales herramientas que les permitan mejorar su salud, pero enseñándoles a utilizarlas de forma adecuada y sin perder de vista esa visión integral del ser humano.
No se tratará de fomentar contextos hiper o atecnológicos. Por supuesto que no será necesario incluir las tecnologías en todas nuestras intervenciones, sino de integrarlas en aquellas situaciones que realmente aporten valor. La humanización dependerá de que sepamos aplicar las herramientas como medio (y no como fin) para mejorar nuestra atención.
Porque la eSalud y la salud 2.0 no son tecnologías, sino personas compartiendo conocimiento alrededor de la salud y facilitado por la mediación de estas tecnologías de acercamiento, que algún día se harán transparentes y se integrarán de forma natural, momento en el que quizás hablemos simplemente de Salud, sin la ‘e‘ delante.
Comparto para finalizar la presentación que utilicé durante la jornada y el vídeo en TEDxValladolid hablando sobre este mismo tema.
Bibliografía recomendada:
- Acerca de humanismo digital | INA Global. (11). Retrieved March 17, 2014, from http://www.inaglobal.fr/en/ideas/article/about-digital-humanism
- Arredondo-González, C. P., & Siles-González, J. (2009). Tecnología y Humanización de los Cuidados: Una mirada desde la Teoría de las Relaciones Interpersonales. Index de Enfermería, 18(1), 32–36. doi:10.4321/S1132-12962009000100007
- Arroyo de Cordero, G. (2000). Humanismo en Enfermería. Rev Enf. IMSS., 8(2), 61–63.
- B, S. (n.d.). Milad Doueihi, un humaniste converti au numérique. Celsa-Misc Le Blog. Retrieved from http://celsamisc.wordpress.com/2011/01/14/milad-doueihi-un-humaniste-converti-au-numerique/
- Barnard, A., & Sandelowski, M. (2001). Technology and humane nursing care: (ir)reconcilable or invented difference? Journal of Advanced Nursing, 34(3), 367–375.
- Gooden, R. J., & Winefield, H. R. (2007). Breast and prostate cancer online discussion boards: a thematic analysis of gender differences and similarities. Journal of Health Psychology, 12(1), 103–114. doi:10.1177/1359105307071744
- Lévi-Strauss, C. (2008). La aportación de las ciencias sociales a la humanización de la civilización técnica. El Correo de La UNESCO.
- Pera, C., Blanco-Morales, C. P., & Fundación Salud, I. y S. (2001). El Humanismo en la relación Médico-paciente: del nacimiento de la clínica a la telemedicina. Fundación Salud, Innovación, Sociedad. Retrieved from http://books.google.es/books?id=MPGGMwEACAAJ
- UNESCO. (2011). El humanismo, una nueva idea. Correo de La UNESCO.
- Weisberg, D. F. (2014). Science in the Service of Patients: Lessons from the Past in the Moral Battle for the Future of Medical Education. The Yale Journal of Biology and Medicine, 87(1), 79–89.
Merck España dice
Chema, gracias por este excelente análisis sobre humanismo y tecnología. Es verdad que solemos culpar a la tecnología de defectos propios que nada tienen que ver con la herramienta que estamos utilizando. Quizá para combatir la presunta deshumanización a la que lleva la tecnología debamos primero educar-educarnos para no deshumanizarnos: si carecemos de humanismo en salud, cualquier herramienta, no sólo las tecnológicas, harán que nuestro trabajo no dé sus frutos. Enhorabuena por el post!
ChemaCepeda dice
Totalmente de acuerdo e iría un poco más allá, no solo educarnos en no deshumanizarnos, sino hacerlo en valores humanistas, tan olvidados en las ciencias de la salud. Gracias por comentar
jaherom dice
Muy interesante tu análisis, si me permites lo compartire a través de twitter
Carlos dice
Gran artículo. Lo que diferencia una tecnología humanizadora de una tecnología deshumanizadora no es la tecnología en sí, sino si en su diseño se incorporpora el factor humano y el contexto de uso; no desde un punto de vista meramente funcional, sino integral.