Los que ya me conocen saben que soy un gran admirador del movimiento TED (Tecnología, Entretenimiento y Diseño) porque es un gran escaparate de ideas y de proyectos de innovación alrededor del mundo. En estas conferencias que se organizan en todo tipo de auditorios (desde grandes salas de conferencias hasta rudimentarios escenarios en medio de la calle) el valor está en mostrar a otras personas todas aquellas ideas que merecen la pena ser difundidas porque tienen el potencial de producir importantes cambios sociales.
En muchas de ellas la tecnología juega un papel muy importante como medio facilitador, mediador o de conexión para conseguir los fines que se plantean. Y cuando digo tecnología me refiero a cualquier herramienta que ayuda a conseguir algo, desde un lapicero a una red neuronal de ordenadores. Porque no deberíamos perder nunca de vista que la tecnología no es un fin en sí misma sino un medio con capacidad para ayudarnos a resolver todo tipo de problemas.
Además de los movimientos locales llamados TEDx todos los años se celebra una conferencia internacional a la que son invitados a participar los innovadores más importantes del mundo y en la que se premia a una persona con un millón de dólares para ayudarle a impulsar su idea. Y este año el ganador ha sido Raj Panjabi, un médico que tuvo que huir de la guerra en Liberia cuando era niño y que años después decidió volver para aportar su granito de arena a los 51 médicos que quedaban para atender a una población de más de 4 millones de personas. Y allí se encontró una realidad complicada y muy similar a la de otros muchos países, en los que la población está muy dispersa y no tiene acceso al sistema de salud.
Detectado el problema Raj se preguntó cómo podría resolverlo con los recursos que tenía a su alcance y se hizo las siguientes preguntas ¿cómo podría reorganizar el sistema sanitario? ¿Y qué pasaría si los propios miembros de cada comunidad pudieran aprender a diagnosticar y tratar las enfermedades más importantes? Y a partir de esas preguntas elaboró un plan basado en tres pilares: formar a miembros de cada comunidad; entregarles tecnologías para el diagnóstico, medicinas y un teléfono para reportar problemas de salud pública; y finalmente pagarles un sueldo para que se hiciera de forma profesional. Pues bien en estos momentos están trabajando de la mano del Ministerio de Salud de Liberia para impulsar una comunidad de más de 4.000 trabajadores comunitarios de salud, que ya han realizado más de 42.000 visitas a pacientes y han tratado a más de 22.000 personas de enfermedades como la malaria, la neumonía y la diarrea infantil.
Raj Panjabi en TED
El mensaje que nos ofrecen historias como la de Panjabi es muy importante. Gracias a una sola persona y al poder nos otorga la tecnología somos capaces de impulsar ideas que pueden mejorar la salud de muchas personas en todo el mundo. Y gracias a movimientos como TED y a tecnologías como Internet tenemos acceso a estas y otras miles de ideas de las cuales podemos alimentarnos.
Ya lo decía Gregorio Marañón, la silla es innovación más importante de los últimos años porque permite sentarnos a escuchar al paciente y sentir sus necesidades. Hoy en día el concepto de la silla no ha perdido ni un ápice de su esencia y nos ayuda a seguir escuchando o a asomarnos a través de una pantalla digital para ver qué están haciendo otras personas y cómo están usando la tecnología para mejorar la salud en su entorno. A partir de ahí solo nos queda reflexionar sobre cómo podríamos aplicarlo en nuestro trabajo y usar aquellas herramientas que tengamos a nuestro alcance para poner proyectos en marcha.
Gracias a Internet y a la tecnología o mejor dicho gracias a la capacidad de conectar y de aprender que tenemos gracias a ella, el camino que existe desde la detección de una necesidad y la puesta en marcha de una solución innovadora es cada día más corto.
Al final lo digital tiene la capacidad de transformar todo lo que toca y convertirlo en un movimiento social. Del mismo modo que digital ya no equivale a tecnología nuestro valor tampoco emana a partir de personas individuales sino del conocimiento compartido y la fuerza de un grupo conectado.
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