Las palabras construyen nuestras realidades, somos lo que nos contamos y contamos lo que sentimos. Como seres humanos evolucionamos a través de narrativas que hemos ido transmitiendo de generación en generación. Las historias nos sirven para conectar nuestro pasado y adaptarnos a los cambios del presente.
En este sentido la salud también se construye alrededor de narrativas, tanto de las que extraemos de otras personas como las que construimos sobre nosotros mismos. Todos tenemos nuestras verdades narrativas que en muchos casos obedecen más a criterios emocionales que racionales y como profesionales de salud intentamos influir en cada una de esas historias para cambiar los estilos de vida hacia otros más saludables.
Pero sin duda la narrativa en salud se está transformando con el paso del tiempo y sobre todo a partir de la aparición de las llamadas nuevas tecnologías y sobre todo Internet y redes sociales. De esta forma las historias en salud siguen estando muy presentes hoy en día pero se desarrollan a través de múltiples canales (lo que hemos llamado narrativa transmedia) y en diferentes formatos.
La narrativa en salud se abre camino a través de las vías digitales y tiene el potencial de llegar mucho más lejos de lo que ha llegado nunca e impactar de forma simultánea en miles de personas que la recogerán, adaptarán y utilizarán para construir sus propias historias.
Pero ¿cómo se está modulando a día de hoy la narrativa de los pacientes en estos entornos? Veamos algunos ejemplos:
- Facebook: los pacientes participan uniéndose a grupos y comunidades en los que comparten experiencias. También siguen a profesionales de salud o interactúan con distintas páginas institucionales.
- Twitter: muchas personas siguen cuentas de profesionales y de otros pacientes activos en esta red. Comparten contenidos y aglutinan la conversación alrededor de distintos hashtags, como es el caso de #diabetESP
- YouTube: los pacientes usan esta red de forma muy activa, suscribiéndose a canales de salud, siguiendo a otros pacientes o grabando sus propios vídeos en los que comparten su experiencia con otras personas.
- Foros: los foros se han convertido en auténticos espacios de participación en salud en los que muchas personas buscan respuestas y reciben el apoyo de otros usuarios. Foros como Enfemenino son muy visitados por pacientes. Otros se han generado en el seno de organizaciones como es el caso de Forumclinic.
- Blogs: muchos pacientes siguen las entradas que publican sus profesionales de referencia y algunos también están publicando sus propios blogs a través de los cuales ayudan a otras personas a partir de su experiencia.
- Redes específicas como Personasque o Redpacientes reúnen gran parte de la conversación en salud porque en ellas confluyen personas que comparten una misma condición de salud.
- Aplicaciones móviles: muchas incluyen también una parte de interacción social en las que los usuarios comparten información sobre su salud. Un buen ejemplo de ello son las comunidades de madres que se generan en la aplicación WeMoms.
- Mensajería instantánea: y por último no podemos olvidarnos de la cuota de participación que están consiguiendo las aplicaciones móviles de mensajería instantánea, con WhatsApp a la cabeza en nuestro entorno. Existen multitud de grupos y comunidades en los que se comparte gran cantidad de información y experiencias personales sobre salud.
Parece que tal y como le sucede a la energía, la narrativa en salud no se crea ni se destruye sino que simplemente se transforma y las historias que antes fluían en torno al fuego lo hacen ahora en diferentes formatos y a través de múltiples canales, lo que nos lleva a plantearnos algunas preguntas:
- ¿Tenemos la capacidad de atender la narrativa transmedia? ¿Es necesario que lo hagamos? ¿Fluyen los contenidos por aquellos canales que ofrecen menos resistencia? ¿Hacia dónde se dirige la narrativa en salud?
Y quizás la que es más importante desde nuestro punto de vista… ¿Podemos utilizar esta narrativa para llegar a los pacientes y conseguir así aportar valor a sus propias historias?
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