Hoy hablamos de un tema que surge en muchas conversaciones sobre el uso de Internet y otras herramientas y que afecta especialmente a nuestra privacidad a la hora de navegar por la red.
Y es que en ocasiones no somos plenamente conscientes de que cuando visitamos una web, recibimos un correo electrónico o compartimos nuestra vida en redes sociales gran parte esta actividad queda registrada, dejando un rastro que se convierte en una huella que pone en riesgo nuestra privacidad y seguridad.
¿Sabías que Facebook es capaz de segmentar a sus usuarios a partir de la información que compartimos, de los likes que hacemos y de la navegación que hacemos por otras páginas externas a la red? ¿O que las cookies que descargamos sin saberlo desde cualquier web sirven para crear un perfil a partir del cual nos ofrecen publicidad? ¿Y que existen otras formas de hacerlo a partir de los propios navegadores? ¿Y que cuando abres un correo electrónico pueden estar trackeando tu actividad?
Pues es así. Cuando hablamos de identidad digital y de privacidad en la red tenemos que pensar que cualquier tipo de actividad puede ser susceptible de registrarse y de ser usada para otros fines, que son habitualmente de tipo comercial.
Esto significa que si queremos tener un mayor control sobre nuestra privacidad y los datos que compartimos con estos servicios debemos de ser conscientes de ello antes de visitar una web, usar una red social o incluso instalar una app en nuestro Smartphone. Y si aún así decidimos usar este tipo de servicios, podemos implementar algunas medidas para eliminar o minimizar este rastreo.
A vueltas con las cookies y los pixeles de conversión
Seguro que te has fijado en ese molesto cartel que aparece en prácticamente todas las webs que visitamos indicando que el sitio web usa cookies y que debes aceptar su uso (y si no aparece es que están incumpliendo la ley). Estas cookies son pequeños archivos que crean los sitios web y que se descargan en nuestro ordenador cuando las visitamos. De esta forma si visitamos de nuevo esa página el navegador ‘recordará’ una serie de preferencias (como nuestros datos de inicio de sesión, idioma preferido, etc.) y se cargarán automáticamente, mejorando la experiencia de usuario.
Hasta aquí la parte positiva, porque las cookies también son el arma ideal para recopilar información sobre nuestros gustos y utilizarlas en otros lugares para personalizar los anuncios que se muestran ¿no te ha pasado alguna vez haces una búsqueda sobre un producto y tras visitar Amazon o cualquier otra web te aparece un anuncio en Facebook? La respuesta son las cookies.
Redes sociales como Facebook utilizan los llamados píxeles de conversión, los cuales son también muy útiles a la hora de mostrar anuncios a los usuarios. Básicamente funcionan de la siguiente forma: imagina que tienes una página web en la que vendes cursos y que instalas en ella un pixel de conversión (un pequeño código que le dice a Facebook que una persona ha visitado tu web). Pues bien, gracias a ese pixel puedes segmentar tus anuncios en Facebook de forma que podrías enseñarle un anuncio a aquellas personas que han llegado a tu página de venta pero no a la de venta completada (es decir no han comprado), con lo cual son personas que han estado muy interesadas en tu curso pero por lo que sea no lo han comprado.
De esta forma tan sencilla gracias a las cookies y píxeles de conversión nuestros datos son usados para bombardearnos continuamente con publicidad, lo cual no tiene porque ser necesariamente malo pero está bien saberlo para ponerle remedio si así lo deseamos.
Llegados a este punto ¿Podemos hacer algo para evitarlo? Pues sí, estas son algunas de las medidas que podemos adoptar:
- Comparte información con moderación. Es conveniente no introducir nuestros datos personales en sitios en los que no sea necesario y procurar cerrar la sesión en las cuentas que tengamos abiertas de redes sociales.
- Limpia o elimina las cookies desde las opciones de configuración de privacidad de nuestro navegador.
- Ajusta el nivel de privacidad del navegador de tal manera que seas tu quien elija qué cookies descargas.
- Utiliza extensiones y bloqueadores de publicidad y de cookies en tus navegadores. Existen extensiones como Vanilla cookie Manager que permiten controlar las cookies que se descargan cuando visitamos una página web.
- Evita el rastreo con aplicaciones: puedes evitar el rastreo en tu navegador mediante extensiones como Ghostery que te permiten monitorizar y controlar los datos que recogen las webs cuando navegas por ellas.
- Evita que Facebook te rastree: en el apartado de configuración de la cuenta dentro de ‘anuncios publicitarios’ puedes indicar que no te muestren anuncios basados en el uso de sitios web y aplicaciones e incluso de páginas web externas a la red social.
El correo electrónico también está expuesto
Ya hemos hablado en alguna ocasión de que resulta posible para cualquier usuario saber si alguien ha leído nuestro correo gracias a algunas extensiones que podemos instalar en nuestros navegadores. Esto permite que cualquier persona pueda saber si hemos abierto o no un correo, desde qué tipo de dispositivo lo hemos hecho, a qué hora/s e incluso nuestra ubicación. Y es algo que hacen también las empresas dedicadas al envío de boletines de noticias y que permiten saber cuántos usuarios de nuestra lista de correo han abierto un envío, cuántos han hecho click y desde dónde, etc.
Para ello lo que se hace es insertar un enlace hacia una pequeña imagen invisible en el correo de forma que cuando el gestor de nuestro correo solicita la imagen al servidor que ha lo ha enviado, esta solicitud sirve para que dicho servidor sepa que hemos abierto su correo.
Esto tampoco es malo a priori porque ayuda a personalizar nuestra experiencia y a que los servicios de correo a los que estamos suscritos puedan ofrecernos contenidos de nuestro interés. Pero como siempre es mejor ser conscientes de ello y aprender a evitarlo, por lo que estas son algunas de las medidas que podemos implementar para controlarlo:
- Evita suscribirte a listas de correo de las que no conozcas sus remitentes o no indiquen cuál va a ser la finalidad de tus datos.
- Configura tu gestor de correo electrónico de forma que las imágenes no se muestren automáticamente.
- Contramonitoriza y descubre quién está trackeando la apertura de tus correos. Existen extensiones como UglyMail que permiten saber cuáles de los correos que recibes están monitorizando su apertura.
- Bloquea el rastreo: si aún así no quieres que nadie sepa cuándo abres determinados correos puedes instalar extensiones como PixelBlock para el navegador Chrome que se añade a Gmail y bloquea los intentos de trackeo de tus correos.
Como ves cada vez estamos más controlados y prácticamente toda nuestra actividad en Internet puede ser monitorizada y ser potencialmente usada para determinados fines de tipo comercial. De esta forma se cumple la máxima de que ‘cuando una red social o servicio digital es gratuito es porque el producto eres tu’.
¿Conocías esta posibilidad? ¿Usas alguna herramienta para evitarlo?
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