El Santo Grial, la herramienta perfecta o más bien el flujo óptimo a través del cual obtener, procesar y destilar nuestra información en salud, podría definir muy bien lo que nos gustaría encontrar todos aquellos que lidiamos día a día con cantidades ingentes de información.
Algo que confieso que personalmente llevo buscando durante mucho tiempo, lo que me obliga a incorporar nuevas herramientas y formas de trabajo, en busca de ese flujo perfecto. Y quizás por eso precisamente es por lo que nos atrevimos a lanzar este tema para debatirlo de forma 2.0 a través de una edición del Carnaval de Salud. De esta forma, conociendo lo que hacéis vosotros, podríamos mejorar nuestro proceso.
Vaya por delante que lejos de encontrar la herramienta perfecta, cada día estoy más convencido de que ni existe ni se la espera, y además varía mucho en función de cada persona. E incluso es curioso cómo cambia y evoluciona con el tiempo, de forma que cuando crees que ya has dado con una buena optimización, aparece algo nuevo que lo redefine todo. Aunque a día de hoy puedo hablar de una serie de herramientas que me están ayudando mucho en esta tarea.
Entorno y dispositivos de trabajo
No suelo tener un sitio fijo desde donde trabajo y últimamente viajo con bastante frecuencia, por lo que para mí es imprescindible disponer de herramientas ligeras con buena autonomía, que me permitan poder seguir trabajando desde cualquier lugar (knowmads al poder!).
Suelo trabajar fundamentalmente con 2 dispositivos, que me facilitan mucho la tarea de capturar y procesar la información. En primer lugar un smartphone con Android, que se ha convertido en la herramienta perfecta, pues se mueve conmigo a todas partes y no solo me permite leer y capturar la información, sino que además me ayuda mucho con la difusión.
¿Android y no iOS? Fue la duda que tuve en mi último cambio de teléfono, pero una aplicación y solo una (ver más abajo) fue la que inclinó la balanza por este dispositivo.
El otro dispositivo que manejo es un Macbook Air, perfecto para viajar y trabajar en movilidad. Tiene la potencia justa para gestión de la información e incluso me permite hacer edición de fotografía y vídeo. Aunque lo mejor de todo es que me permite trabajar en un absoluto y aparente caos (ver foto siguiente). Suelo tener abiertas fácilmente unas 30-50 pestañas en el navegador, 8-10 documentos de word, 4-5 proyectos en Scrivener, Photoshop, Evernote, etc., y su rendimiento es impecable, pudiendo pasar entre tareas de forma muy rápida.
Capturando la información
A la hora de obtener la información mi herramienta preferida es Feedly, sobre todo desde el cierre de Google Reader (menudo fallo tuvieron), en la que puedo gestionar ‘fácilmente’ unas 200 fuentes. Uso la versión básica y tengo ordenadas las suscripciones por prioridad de lectura, por lo que siempre tengo arriba lo más importante.
A través de la herramienta voy leyendo las nuevas entradas sin necesidad de entrar en la fuente original y cuando necesito hacer algo con esa información, hago lo siguiente:
- Si es algo que me va a servir para documentar un proyecto, lo almaceno en una carpeta específica de Evernote.
- Si es importante y requiere una acción o recordatorio a corto plazo, lo envío a mi cuenta de correo electrónico. Suelo tener en la bandeja de entrada unos 15-20 correos, que están pendientes de alguna acción, por lo que tenerlo aquí me permite procesarlo rápido.
- Si es algo que merece la pena ser compartido a través de mi muro de Scoop.it (ver más abajo), lo envío a una lista de tareas específica de la aplicación Wunderlist (ver también más abajo), para darle forma más adelante.
- Si deseo compartirlo en Twitter en ese momento, lo hago a través de Hootsuite y si no quiero ametrallar a mis seguidores, lo marco como favorito en Feedly y gracias a una receta en Ifttt (servicio recientemente renombrado a IF), se programa automáticamente en buffer, de forma espaciada.
Además de Feedly uso un marcador social como es Diigo para almacenar todo aquello que se sale de mi flujo de trabajo habitual, pero que considero que merece la pena guardar ‘por si acaso’ (6.500 recursos y subiendo). Tal es el caso de información relacionada con herramientas interesantes, diseño de webs, etc., es decir, un poco el cajón de sastre a donde va a parar todo aquello que algún día puede que necesite recuperar.
Y para capturar la información de tipo científico, que me pueda ser útil para elaboración de algún artículo, utilizo Mendeley, porque me permite gestionar de forma sencilla las referencias y bibliografía, tarea que antes hacía a mano y me llevaba horas de trabajo…
Por último, no quiero olvidarme de otras fuentes de información importantes, como son el correo electrónico, donde recibo suscripciones de otras listas; las alertas de Google, un buen centinela para no perderte la última novedad sobre un determinado tema. Y últimamente también estoy experimentando con Nuzzel, una herramienta que bucea en tu cuenta de Twitter para ofrecerte los titulares del día, personalizados a tu timeline.
Procesando y destilando la información
Del mismo modo que el proceso de captura de información lo tengo bastante ‘bien’ definido desde hace tiempo, la parte de procesamiento es todo lo contrario, y suelo ir probando cosas nuevas, así que voy a intentar explicar cómo se desarrolla en estos momentos.
- Dropbox es la herramienta que me permite llevarme conmigo la información a cualquier dispositivo y aunque no está dedicada al procesamiento puro y duro, se ha convertido en mi disco duro en la nube imprescindible, desde el que gestiono archivos y puedo compartirlos fácilmente con otros usuarios. Bendita tecnología invisible…
- Wunderlist es otra de esas aplicaciones que se ha vuelto imprescindibles, porque a través de ella puedo definir diferentes listas de próximas acciones para cada tarea y saber cuál es el siguiente paso en un proyecto.
- Evernote es quizás el programa que más veces he intentado integrar como método único de trabajo para almacenar y procesar la información, pero que también más veces ha entrado y salido de mi flujo de trabajo. En estos momentos lo utilizo fundamentalmente para capturar y trabajar por tareas concretas, como puede ser un proyecto en el que voy almacenando todo lo que encuentro.
- Scrivener puede que sea el mayor descubrimiento y que más ha cambiado mi forma de trabajar en los últimos años. Aunque parece que está concebido para escribir libros o guiones, es perfecto para cualquier proyecto, porque te permite tener de forma muy visible todas las partes que forman el trabajo y saltar rápidamente entre ellas. Vale cada uno de los 30€ que pagué por él y lo uso para casi todo: el Manual de Inmersión, gestión de cursos, desarrollo de ideas, etc.
Compartiendo la esencia obtenida
Finalmente llega el momento de difundir los resultados y entran en juego nuevas herramientas, algunas de las cuales también tienen la doble función de difusión y captura de información.
- El Blog es el centro de operaciones, desde donde centralizo todo lo que hago, tanto a través del Manual de Inmersión, como de las entradas que publico.
- La Comunidad Salud Conectada a través de la suscripción a la lista de correo, como medio para dirigir información y contenidos muy concretos, así como las actualizaciones del libro y otros proyectos en los que estamos embarcados. Además, junto con el blog es la mejor herramienta para recibir feedback y optimizar los contenidos.
- Scoop.it es mi otro gran descubrimiento, porque a través de sus paneles puedo difundir contenidos de alto valor, a los que además puedo añadir una opinión o abrir un debate. Y tiene el plus añadido de que me sirve además como fuente de información y repositorio al que acudo para buscar ideas y temas relevantes sobre los que escribir después. Además, puedes configurar varias redes sociales en las que publicar de forma simultánea, por lo que es muy cómodo de gestionar.
- Twitter a través Hootsuite, una gran herramienta y muy útil para estar al día de todo lo que pasa en esta red, ya que su distribución por columnas, hace que no te pierdas nada de lo más interesante. Tras probar distintas configuraciones, he optado por tener la información repartida por listas de interés, a las que acudo en función del tiempo de lectura o ganas de conversación. Además es perfecta para difundir información o programar tweets y evitar lanzamientos masivos. La tengo instalada en todos mis dispositivos.
- El canal de Youtube lo utilizo como un complemento del blog y es donde quedan almacenadas las charlas, entrevistas y jornadas en las que participo y también tengo una cuenta en Slideshare para compartir las presentaciones.
- La comunidad en Google+ que empezó como un experimento y que creció tanto que ahora se mantiene prácticamente sola. Es verdad que hay poca conversación (hay que alimentarla y no damos para más), pero hay bastante actividad, por lo que se convierte en otra fuente más de información y muro en el que colgar cosas interesantes.
- Facebook y LinkedIn son redes que no suelo utilizar para trabajar, aunque en ellas también hago difusión de contenidos, y sobre todo las uso para interaccionar y conectar con otras personas.
- AndmadeShare. La he dejado para el final, pero es la joya de la corona de mi Smartphone y el motivo por el que comenté al principio del post que me mantengo fiel a Android, al menos de momento, ya que tanto Android como iOS están implementando esta funcionalidad de forma nativa. Una aplicación tan simple como efectiva, que me permite hacer lo que quiera con cada enlace, página o información que cae en mi teléfono: desde enviarme un correo, añadir una tarea a Wunderlist o compartirlo directamente en cualquiera de mis redes sociales.
Y hasta aquí mi método de captura, selección, gestión y difusión de información al desnudo.
Espero vuestros comentarios
Marta Puig Soler dice
Muy buena entrada Chema. Yo también me decanté por Android por la facilidad de compartir enlaces con otras apps pero lo de Andmade Share veo que optimiza a tope la gestión de contenidos.
Es imposible no aprender contigo y hoy he vuelto a aprender más cosas 🙂
Saludos,
ChemaCepeda dice
Gracias Marta. Tanto Android como iOS se han puesto las pilas con el tema de poder compartir en todas las aplicaciones de forma nativa, así que necesidad resuelta. Aún así, la sigo usando por defecto y es genial
mj mas dice
Muy interesante entrada, como siempre aprendiendo cosas contigo.
A Scrivener le tenía echado el ojo, pero el precio me frena… así que tengo en cuenta tu opinión.
Wunderlist la abandoné pronto, uso las listas dentro de Evernote o los recordatorios de iOS en su lugar. Con Evernote me pasa igual que a ti, la uso a rachas.
Vamos, que me guardo tu entrada en Pocket y en mi OneNote! 😉
Gracias Chema.
ChemaCepeda dice
Yo también aprendo mucho contigo María José. El precio de Scrivener echa para atrás, no estamos acostumbrados a pagar por software… Ya hablaré un día con más calma sobre esta aplicación.
También es verdad que pocket ha sido otra de las que ha entrado y salido varias veces, pero finalmente se quedó fuera ¿Algo nuevo por lo que merezca la pena volver? 🙂
Carmen dice
Yo sigo haciendo mis pinitos aunque a años luz de ti, pero con interés de seguir aprendiendo. Me encanta lo que sabes y a la vez lo humildes y cercano que eres
leidy dice
Sumamente interesante y útil esta información, hay mucho por poner en práctica 😀