Hoy quiero reflexionar sobre algo que está sucediendo en nuestro sistema sanitario y que es como una herida abierta que no deja de sangrar. El hecho es que estamos desperdiciando una enorme cantidad de excedente cognitivo.
La gestión de la salud pasa necesariamente por gestionar personas y conocimiento
Foto de Chris Metcalf vía Flickr
En un sistema organizativo basado en una burocracia hiper-rígida , nuestros gestores políticos que no líderes, están tirando a la basura el gran capital de su empresa, la inteligencia individual de sus trabajadores.
Nos quejamos de la gran fuga de cerebros que emigran a otros países en busca de oportunidades para poder brillar con luz propia y desarrollar la labor para la que les hemos financiado durante años. Pero no nos damos cuenta de que a nivel interno estamos desperdiciando todos los días un enorme potencial.
Nuestros centros de salud y hospitales están repletos de profesionales dispuestos a dar todo lo que tienen y servir como catalizadores para mejorar un sistema sanitario que no les reconoce como tales. Y sin embargo se siguen partiendo la cara todos los días para innovar, para aportar algo que marque la diferencia, para comunicar y trascender más allá de las 8 horas de su jornada laboral.
Son conscientes de que tienen un potencial que pueden poner al servicio de la institución para mejorar la calidad de vida de sus pacientes y la comunicación con otros profesionales.
¿Y qué hace el sistema con ellos? Más bien nada. En ocasiones les deja hacer, solo para ver hasta dónde son capaces de llegar, para después cortarles las alas por miedo a que estos pongan en evidencia el cortoplacismo de sus decisiones.
Gestores que no quieren mirar más allá de sus propios egos y que no escuchan lo que los profesionales y pacientes tienen que decir sobre la salud, quizá porque de hacerlo esto haría aflorar sus carencias en liderazgo de personas.
Parece que las soluciones a las crisis solo pasan por aplicar recortes «ajustes» y no por utilizar eficientemente el potencial de las personas que trabajan en el propio sistema. Imagina por un momento qué pasaría si se aprovechase aunque fuera solo una parte de todo ese excedente cognitivo.
Estamos viviendo una transición hacia la sociedad del conocimiento, en la que este mismo conocimiento será de vital importancia a la hora de relacionarnos con nuestra salud. Pero mientras no cambien los sistemas organizativos centrados en modelos verticales y anacrónicos, no veremos nunca el triunfo de las personas y las ideas sobre las organizaciones y no se aprovechará todo el excedente cognitivo.
Os dejo una magnífica TED Talk de Clay Shirky sobre cómo el excedente cognitivo cambiará el mundo.
¿Hasta cuándo vamos a desperdiciar todo este excedente cognitivo?
[…] De ellos y de su experiencia, podremos aprender mucho. Un verdadero lujo y una muestra del excedente cognitivo que abunda en nuestro sistema […]